La ciencia, que hace tiempo que ha considerado al orden y la sincronía la excepción más que la regla en un universo caótico, está comenzando a entrar en razón. En su nuevo libro, Sync: The Emerging Science of Spontaneous Order -Sincronía: La Ciencia Emergente del Orden Espontáneo-, Steven Strogatz, profesor de matemáticas aplicadas en la Universidad de Cornell, describe esta nueva ciencia.
La sincronía, dice Strogatz, aparece en los lugares más inverosímiles: de las órbitas de los satélites a los electrones, del zumbido de los grillos a la tendencia en mujeres que viven cerca o que pasan mucho tiempo juntas a menstruar aproximadamente al mismo tiempo.
El orden está por todas partes y los científicos de diversas disciplinas están descubriendo constantemente nuevos ejemplos de ello. Pero Strogatz y sus colegas afirman algo mucho más extraordinario: El orden no es sólo posible, es inevitable. En 1989 Strogatz, junto con el matemático Rennie Mirollo de la universidad de Boston, probó matemáticamente que cualquier sistema de 'osciladores acoplados' (es decir, entidades capaces de responder cada una a las señales de las demás, sean grillos, electrones o cuerpos celestes) se auto-organizarán espontáneamente. >de *In his book Sync, Cornell's Steven Strogatz writes compelling history of a scientific revolution long in the making*. Cornell news release, 7 de marzo, 2003
contexto relacionado
> otro mundo está sucediendo: movimientos basados en la red. 3 de marzo, 2003
> synchronization of pulse-coupled biological oscillators. Mirollo, R.E., y Strogatz, S.H. 1990.
imago
> grillos desarrollando orden para auto-organizarse espontáneamente
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