En estudios recientes los científicos están descubriendo las bases neurobiológicas del amor romántico.
Usando imágenes del cerebro, los investigadores Helen Fisher, Arthur Aron, Lucy Brown y otros colegas han hallado que las sensaciones del amor romántico intenso están asociadas a actividad específica en regiones del cerebro ricas en dopamina y asociadas a la recompensa y la motivación. Los investigadores concluyen que el amor romántico puede ser clasificado como un sistema de motivación o estímulo asociado con una cierta gama de emociones.
"Creemos que el amor romántico es una forma desarrollada de una de las tres redes primarias del cerebro que se desarrollaron para dirigir la reproducción en los mamíferos", dice la investigadora Helen Fisher de la universidad de Rutgers en New Brunswick, Nueva Jersey. "El impulso sexual se desarrolló para motivar a los individuos a perseguir el sexo con cualquier pareja apropiada. La atracción, el precursor mamífero del amor romántico, se desarrolló para permitir que los individuos persiguieran a los compañeros de apareamiento preferidos, y así ahorrar tiempo y energía dedicados al cortejo. El sistema de circuitos del cerebro para el vínculo macho-hembra se desarrolló para permitir a los individuos permanecer con un compañero suficiente tiempo para completar las tareas de crianza especificas de la especie".
"Encontramos actividad específica en regiones del núcleo caudado derecho y el área ventral tegmental derecha. Estas áreas del cerebro son ricas en dopamina y son parte del sistema de motivación y gratificación del cerebro. Los niveles elevados de dopamina central producen energía, atención enfocada en estímulos novedosos, motivación para ganar una recompensa y sensaciones de júbilo - algunas de las sensaciones fundamentales del amor romántico. También cambió la actividad en otras regiones, incluyendo una que otro estudio de imágenes cerebrales ha demostrado que se activa cuando la gente come chocolate", dice la investigadora Lucy Brown de la Facultad de Medicina Albert Einstein en Nueva York.
Fisher, Aron y Brown también encontraron una tendencia hacia diferencias de género. Entre ellas, la mayoría de las mujeres en este estudio demostraron más actividad en el cuerpo del caudado, el septum y en el córtex parietal posterior, regiones asociadas a la gratificación, la emoción y la atención; la mayoría de los hombres en este estudio demostraron más actividad en las áreas de proceso visual, incluyendo una asociada al despertar sexual". >de *Scientists uncover neurobiological basis for romantic love, trust, and self; also discover brain areas involved in understanding intentions of others*. 10 de noviembre, 2003
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imago
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