Cacharro 2.1 Hortolab
Nueva vida para equipamiento móvil autogestionado
¿Es revertible la obsolescencia de materiales, dispositivos y programas de la arquitectura? ¿Es realista la fórmula del reciclaje planteada? HortoLAB no arranca de cero. Es una propuesta de reutilización del Cacharro 2.0, un prototipo de arquitectura móvil con vocación de ser usado y re-usado en diferentes lugares y con diferentes programas. Fue originalmente desarrollado en el Congreso Ciudades Creativas de Cáceres en 2009.
Banco de actividades
El programa del re-uso es un banco de semillas para actividades didácticas, una cocina equipada, una oficina para las tareas de administración. Todo ello se desarrolla alrededor de un salón central ampliable y practicable hacía el jardín, un espacio dual abierto/cerrado y multiusos.
En el 2011 surge la posibilidad de reciclar el Cacharro 2.0 para dar cobijo a HortoLAB, un nuevo equipamiento dedicado a promover el respeto al medio ambiente y hábitos de consumo más saludables entre la población, al servicio y en apoyo a las huertas vecinales de San Jorge de Cáceres.
En su conjunto el equipamiento está concebido con una doble vocación:
Por un lado su naturaleza es marcadamente didáctica pudiendo acoger niños y jóvenes locales, para acercarlos a temas ecológicos y medioambientales, desde la germinación a la preparación de los productos pudiendo vivir la experiencia completa del ciclo natural. También es posible llevar a cabo actividades complementarias como la fabricación de huertos móviles, laboratorio de educación de los sentidos, etc.
Por otro lado el HortoLab constituye una nueva oportunidad para la ciudadanía de participar en la autogestión de un espacio que invita a colectivos, asociaciones, así como ciudadanos comunes a autoorganizarse, compartir la responsabilidad y los usos del mismo.
El prototipo original se componía a partir de contenedores ISO, tarima de tablero de encofrar y una estructura metálica producida a partir de barandillas recicladas, cubierta con lona plástica.
En este segundo tuneado se incorporan sistemas pasivos y naturales de aislamiento, enfocados sobretodo a evitar la exposición a la radiación solar directa de los contenedores marítimos, un importante talón de Aquiles de los proyectos basados en este tipo de elemento.
Para las paredes exteriores se ha estudiado una fachada ventilada basada en el reciclaje de palets que han sido modificados y transformados en maceteros. De esta forma se dispone desde el principio de una buena protección parcial que se irá completando a medida que las plantas -diversas especies, sobre todo comestibles o aromáticas- vayan creciendo.
También el techo de los contenedores se ha transformado en una superficie verde, donde se han plantado plantas grasas con mínimas necesidades de mantenimiento.
La masa resultante contribuirá a mantener la temperatura controlada tanto en verano como en invierno.Tanto la fachada como la cubierta se han concebido para evitar o minimizar la necesidad de medios activos de climatización.
Para ver la información que se realizan en el espacio se puede visitar el sitio web de HortoLAB.
Banco de actividades
El programa del re-uso es un banco de semillas para actividades didácticas, una cocina equipada, una oficina para las tareas de administración. Todo ello se desarrolla alrededor de un salón central ampliable y practicable hacía el jardín, un espacio dual abierto/cerrado y multiusos.
En el 2011 surge la posibilidad de reciclar el Cacharro 2.0 para dar cobijo a HortoLAB, un nuevo equipamiento dedicado a promover el respeto al medio ambiente y hábitos de consumo más saludables entre la población, al servicio y en apoyo a las huertas vecinales de San Jorge de Cáceres.
En su conjunto el equipamiento está concebido con una doble vocación:
Por un lado su naturaleza es marcadamente didáctica pudiendo acoger niños y jóvenes locales, para acercarlos a temas ecológicos y medioambientales, desde la germinación a la preparación de los productos pudiendo vivir la experiencia completa del ciclo natural. También es posible llevar a cabo actividades complementarias como la fabricación de huertos móviles, laboratorio de educación de los sentidos, etc.
Por otro lado el HortoLab constituye una nueva oportunidad para la ciudadanía de participar en la autogestión de un espacio que invita a colectivos, asociaciones, así como ciudadanos comunes a autoorganizarse, compartir la responsabilidad y los usos del mismo.
El prototipo original se componía a partir de contenedores ISO, tarima de tablero de encofrar y una estructura metálica producida a partir de barandillas recicladas, cubierta con lona plástica.
En este segundo tuneado se incorporan sistemas pasivos y naturales de aislamiento, enfocados sobretodo a evitar la exposición a la radiación solar directa de los contenedores marítimos, un importante talón de Aquiles de los proyectos basados en este tipo de elemento.
Para las paredes exteriores se ha estudiado una fachada ventilada basada en el reciclaje de palets que han sido modificados y transformados en maceteros. De esta forma se dispone desde el principio de una buena protección parcial que se irá completando a medida que las plantas -diversas especies, sobre todo comestibles o aromáticas- vayan creciendo.
También el techo de los contenedores se ha transformado en una superficie verde, donde se han plantado plantas grasas con mínimas necesidades de mantenimiento.
La masa resultante contribuirá a mantener la temperatura controlada tanto en verano como en invierno.Tanto la fachada como la cubierta se han concebido para evitar o minimizar la necesidad de medios activos de climatización.
Para ver la información que se realizan en el espacio se puede visitar el sitio web de HortoLAB.
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