La naturaleza de la materia oscura -que no emite luz de ninguna clase y sólo puede ser detectada mediante sus efectos gravitatorios- es uno de los mayores misterios irresueltos de la ciencia moderna.

Aunque la materia oscura representa al menos el 90% de la masa del Universo, tanto su composición como su distribución son desconocidas. Hay abundante evidencia circunstancial de que gran parte de esta materia no está compuesta por protones, neutrones, y electrones. Posiblemente está compuesta de neutrinos, o quizás de formas de materia aún más exóticas.

El conocimiento de la *materia oscura* es critíco para la comprensión de la evolución y destino del Universo. En 1997, científicos del Bell Labs hicieron *la primera imagen detallada de la materia oscura* . Ahora, investigadores de Francia, Alemania, Canadá y EE.UU. hacen la primera observación amplia (200.000 galaxias distantes) de la distorsión gravitatoria producida por la materia oscura, demostrando la factibilidad de cartografiar la distribución de la materia oscura a lo largo de grandes áreas del cielo.

El equipo ha desarrollado el primer "mapa" de la materia oscura en un área del cielo, permitiendo visualizar a los investigadores cómo se condensó en el universo primordial y se distribuyó a si misma en el curso del tiempo. El análisis ha revelado la presencia de una vasta matriz de materia oscura interconectada.