| HortoLAB no arranca de cero. Es una propuesta de reutilización del Cacharro 2.0, un prototipo de arquitectura móvil con vocación de ser usado y re-usado en diferentes lugares y con diferentes programas. Fue originalmente desarrollado en el Congreso Ciudades Creativas de Cáceres en 2009.
A partir de aquella primera experiencia, entre febrero y marzo de 2011 surge la posibilidad de reciclar el Cacharro2.0 para dar cobijo a HortoLAB, un nuevo equipamiento dedicado promover el respeto al medio ambiente y hábitos de consumo más saludables entre la población, sobretodo los más jóvenes, a servicio y apoyo a las huertas vecinales de San Jorge de Cáceres.
El proyecto se el encuadra en el marco de varias experiencias multidisciplinares que se están implementando en el entorno de la Ribera del Marco, a promoción y soporte a las políticas locales de innovación y creatividad. Esta vez el equipo se constituye con miembros de Straddle3, Proyecto aSILO, Ctrl+Z y Todo por la Praxis, contando además con el apoyo de miembros del colectivo extremeño Conceptuarte.
El programa se compone de un banco de semillas para actividades didácticas, una cocina equipada para la manipulación los productos de la misma huerta, además de una oficina para las tareas de administración, todo ello desarrollándose alrededor de un salón central que en caso de necesidad se puede ampliar abriéndose por completo hacía el jardín para permitir un mayor afluencia o actividades diversas que necesiten esta doble naturaleza de espacio abierto y cerrado.
El prototipo original se componía a partir de contenedores ISO, tarima de tablero de encofrar y una estructura metálica producida a partir de barandillas recicladas, cubierta con lona plástica. En este segundo tuneado se incorporan sistemas pasivos y naturales de aislamiento, enfocados sobretodo a evitar la exposición a la radiación solar directa de los contenedores marítimos, un importante talón de Aquiles de los proyectos basados en este tipo de elemento. Para las paredes exteriores se ha estudiado una fachada ventilada basada en el reciclaje de palets que han sido modificados y transformados en maceteros, de esta forma se dispone desde el principio una buena protección parcial que se irá completando a medida que las plantas -diversas especies, sobretodo comestibles o aromáticas- vayan creciendo.
También el techo de los contenedores se ha trasformado en una superficie verde, apoyada sobre casetones plásticos reciclados que separan la tierra de la chapa de los contenedores, para evitar posibles filtraciones e implementar una cámara de aire. La masa resultante contribuirá a mantener la temperatura controlada tanto en verano como en invierno. Para la plantación en cubierta se han elegido plantas grasas con mínimas necesidades de mantenimiento. Tanto la fachada como la cubierta se han concebido para evitar o minimizar la necesidad de medios activos de climatización.
En el interior la cocina y la oficina han sido revestidas con cartón yeso y panel de aislamiento para un mayor confort, mientras que para el semillero se ha optado por paneles de madera más aptos a usos más intensivos. La sala central se ha mantenido con su configuración original. El uso de materiales reciclados y estándar -contenedores, palets, barandillas, tablero de encofrar, ...- responde a la vocación de que los modelos propuestos resulten familiares a la población y que sean reproducibles, ya que se parte de materiales estándar fáciles de encontrar y prácticamente invariables, independientemente de la localización geográfica. Durante el proceso se visitaron en varias ocasiones los centros de gestión de residuos de la zona, donde se recuperaron diferentes elementos, entre ellos el fregadero, una buena cantidad de perfiles metálicos y las ventanas.
En su conjunto el equipamiento está concebido con una doble vocación:
- Por un lado su natura marcadamente didáctica pudiendo acoger niños y jóvenes locales, incluso clases enteras, para acercarlos a temas ecológicos y medioambientales, desde la germinación a la preparación de los productos pudiendo vivir la experiencia completa del ciclo natural. Mientras se permite el desarrollo de actividades complementarias como la fabricación de huertos móviles, laboratorio de educación de los sentidos, etc.
- Por otro el HortoLab constituye una nueva oportunidad para la ciudadanía de participar en la autogestión de un espacio que invita a colectivos, asociaciones, así como ciudadanos comunes a autoorganizarse, compartir la responsabilidad y los usos del mismo.
En coincidencia con el solsticio de verano HortoLAB ha organizado las “1º semana HortoLAB” dedicada a la innovación aplicada a la agricultura urbana, con toda clase de talleres, que abarcaban un amplio panorama de diferentes temáticas, con una marcada vocación de integración de la comunidad circundante al equipamiento. Para más información sobre las actividades se puede visitar el sitio web de HortoLAB.
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