En el año 1997 acometemos este proyecto de intervención pública en las desaparecidas terrazas del Moll de la Fusta en Barcelona.
Fueron requisitos del proyecto preservar la transparencia entre el paseo y el puerto, y ofrecer la posibilidad de retirar las protecciones solares.
Imagen general de sencillez y ligereza, integración en el ambiente del Moll de la Fusta y el carácter marino; son aspectos indisolubles que marcaron el desarrollo del proyecto.
Se cubrió parte de la superficie de las terrazas con una protección practicable. Para ello se recurrió a una capota retráctil o 'toldo sevillano', soportado por un sencillo entramado metálico que minimizó el impacto sobre el paseo.
La nueva estructura compartía con los pabellones existentes el material (madera laminada para la estructura horizontal, en referencia al antiguo uso del muelle) y el ritmo de la estructura, reflejo del ritmo del forjado reticular en que se apoyan. Con las pérgolas que cubren los huecos de ventilación del aparcamiento, además de una relación rítmica y alineamiento, también se compartía el vuelo de las vigas, intentando en definitiva, la difícil tarea de mediar con naturalidad en una zona formalmente intensa.
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