no vemos una razón poderosa
para segregar totalmente nuestro trabajo en el espacio fisico del que llevamos
a cabo en la red.
los afanes que nos mueven son los mismos.
hacer-nos sitio,
crear una matriz para actividad humana,
los gestos, los goces...
se nos presenta ahora la dificultad de proyectar nuestra actividad en la
telaraña y en el espacio a un medio que le es extraño, el
papel. adolf loos decía que un buen proyecto de arquitectura puede
ser descrito con palabras pero sus cualidades no pueden ser explicadas
por la fotografía o la perspectiva. en cualquier caso no deben confundirse
los conceptos, no se debe confundir la representación con lo representado.
una vez dicho esto, conscientes de la limitación que el medio nos
impone, pasemos a utilizarlo, a pensarlo como una proyección, que
necesitará de posterior restitución en la mente del observador,
no sólo de la geometría o la navegación, sino de los
tonos, las sombras, la calidad de una imagen que proyecta luz propia, el
movimiento, el ritmo, las texturas, el calor, las presencias...
no podemos traspasar aqui ni la corporeidad del un espacio ni la pluridimensionalidad
de internet, podemos representar la fachada plana de un edificio, entrever
actividades y espacios a través de sus ventanas de la misma manera
en que una página de bienvenida, con la limitación de su
bidimensinalidad, puede anticipar la aventura que esconde ...
.
.